2010/11/29

El uno para el otro

Sin una razón particular, me pareció interesante compartir esto que me llegó por mail...

Segunda vez que Hernán Casciari aparece en mi blog, sin proponérmelo. Nota mental: leer su blog.

Salir de casa para cenar con gente implica una serie de actividades molestas: bañarse, vestirse, perderse un partido de la Eurocopa, comprar un vino caro, sonreír dos horas sin ganas, a veces tres. Que te acompañen por las habitaciones para que veas una casa que no te importa. Dejar a tu hija con los abuelos, extrañarla. Cenar sin tele, sin cocacola, comer ensalada de primer plato, no desentonar, no fumar si no hay ceniceros a la vista. Muchísimo menos sacar la bolsita feliz. Son demasiadas cosas para la edad que tengo.

El viernes padecí una de estas cenas absurdas que ocurren cuando estás en pareja: Cristina tiene una amiga íntima que se fue a vivir con un señor. Hasta ahí todo bien. El problema empezó cuando entre las dos organizaron una cena. Corrijo: el problema empezó cuando me incluyeron en la cena.

(...)


Para leer la historia completa: aquí
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