2010/10/27

Flamingo

Apagué en un suave soplo todas las velas,
las tiré por el suelo.
Resultaron ser de papel todas las barcas,
las ayudé a hundirse en el agua.
Regué con mis pies la arena húmeda sobre el mar,
era sólo una pequeña playa de cristal.
Desperté de aquella adormecida ensoñación,
se había esfumado la sensación.

Y el alma aún entumecida musitó,
yo ya no estaba allí
yo no era de allí
y ya no me sentía allí

(*)
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